Según los expertos, la leche materna, que contiene alrededor de un 87% de agua, es la mejor nutrición posible para un recién nacido. Este proceso comienza con la bajada de hormonas tras el parto (la expulsión de la placenta). La hormona prolactina se libera y estimula la lactancia. El inicio de la lactancia suele producirse una media de 30 a 40 horas después del parto, y el contacto físico entre madre e hijo favorece la salida de la leche.
El contacto piel con piel desde la sala de partos y tan a menudo como sea posible a partir de entonces favorece la subida de la leche. Del mismo modo, una toma temprana justo después del parto facilita la calidad de la producción de leche.
Sin embargo, la producción de leche puede retrasarse o reducirse. Y esto se debe a varios factores como:
Sin embargo, existen remedios para ayudar a aumentar la producción de leche en particular comiendo ciertos alimentos llamados "lactogénicos". Otra solución posible como complemento a la alimentación para facilitar la lactancia es el té de lactancia. Parte de las opciones naturales utilizadas desde hace décadas por nuestras abuelas y madres para estimular la producción de leche.
Los tés de lactancia están formulados a partir de las llamadas plantas galactógenas reconocidas por su acción sobre la producción de leche. Utilizadas por muchas generaciones de mujeres, estas plantas ayudan a aumentar la producción y la eyección de leche. Las tisanas aseguran una buena hidratación y ayudan diariamente a favorecer la lactancia.
Existen dos tipos de tisanas para la lactancia:
Sin embargo, las infusiones no tienen nada de mágico. Nunca podrán sustituir a una dieta sana y equilibrada. También hay que dar el pecho cuando el bebé lo pida, sin mirar el reloj.
Contiene generalmente plantas galactógenas ricas en principios activos que estimulan la lactancia como:
⮚ El anís verde, que además favorece la digestión y alivia los cólicos del lactante gracias a sus propiedades calmantes.
⮚ El anís verde, que además favorece la digestión y alivia los cólicos del lactante gracias a sus propiedades calmantes.
⮚ Fenogreco que, además de su efecto galactógeno, favorece la recuperación tras el parto, y favorece el equilibrio del metabolismo de las grasas y el mantenimiento de los niveles normales de glucosa en sangre. "La planta ideal para después del parto", pero que deben evitar las mujeres embarazadas (ya que provoca contracciones uterinas), y que deben utilizar con precaución los diabéticos.
⮚ Semillas de hinojo, que también ayudan a calmar los cólicos del lactante, un alimento bajo en calorías que contiene mucha agua y es fuente de minerales, oligoelementos, vitaminas y antioxidantes.
⮚ La verbena officinale también es conocida por su efecto calmante, con un sabor suave y agradable, por lo que es ideal para desestresar a la mamá y al bebé.
⮚ La alcaravea también conocida como comino de frutas es una planta cercana al hinojo y al comino, pero con un sabor sutil. Tiene propiedades galactógenas, y estimula la digestión, alivia durante los resfriados, o en casos de espasmos y cólicos.
Otras plantas no galactógenas (tomillo, naranja, menta, frambuesa, frutos rojos...), aromatizan ligeramente la leche y le dan así un sabor apreciado por los bebés.
Será una buena idea contar con el consejo de un especialista en la materia: un herbolario. Porque el consumo de ciertas infusiones no está recomendado en caso de patologías como la diabetes o la hipoglucemia.
Varios beneficios son dignos de mención:
⮚ Permite consumir más agua, un alimento básico para producir leche y para una mejor hidratación.
⮚ Ofrece un momento de relajación para la mamá, algo importante ya que el cansancio de la lactancia puede reducirla.
El infusiones para la lactancia también pueden tener un doble beneficio. Además de estimular la lactancia y facilitar el amamantamiento, incluyen plantas con reconocidas propiedades digestivas.
La tisana de lactancia se conserva a temperatura ambiente (entre 15 y 25°C) y puede consumirse desde el final del embarazo y durante toda la lactancia, si es necesario.
Se pueden tomar de 2 a 3 tazas al día entre tomas o consumir infusiones a lo largo del día (de 1 a 3 tazas al día). Durante la lactancia, las necesidades de agua aumentan, en unos 700 ml/día.
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